Después de la caótica llegada a Bombay viajamos 2 días en tren para llegar a Hampi y empezar a disfrutar. Desde que Chris Sharma filmó Pilgrimage hace unos años, este lugar se llena (en temporada) de fanáticos con sus crashpads.
Hace unos de años, Brahma, el dios hindú de la creación, colocó en Hampi millones de rocas para que Hannuman, el dios mono, las pudiera escalar y así crear su modus vivendi. Gracias a ellos nosotros pudimos flipar con los paisajes rocosos, llenos de boulders y de gente maravillosa. Así que lo que había que hacer era escalar!!
Ya hacia el final de nuestro viaje nos detuvimos unos días en Palolem Beach, en Goa. Un paraíso costero que, por estar en temporada baja, nos permitió relajarnos antes de volver a la selva europea. A ambos lados de la playa se alzan unas rocas de granito negros preciosas. Solo se podía acceder cuando la marea bajaba, a partir de las 5h de la tarde, de modo que cada puesta de sol la pasábamos escalando junto a un escalador turco llamado Cem Albay.
1 comentario:
uff que envidia, algún día probaré esos bolos...
Un saludo!
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